lunes, 1 de junio de 2020

CUARENTA LLAMAS DE AMOR AL AMABLE CORAZÓN DE JESÚS


1. ¡Corazón admirable de mi Jesús, qué gozo al ver en Ti todas las grandezas, tesoros y maravillas que existen en todos los seres creados e increados!

2. ¡Divino Corazón, que eres el primer objeto del amor del Padre eterno, y a la vez el primer objeto de tu amor, me doy a Ti para ser abismado para siempre en este amor!

3. Corazón adorable del Hijo único de María, mi corazón está lleno de gozo al ver que tienes más amor a esta amable Virgen que a todas las cosas creadas, y que ella te ama más que todas las
criaturas juntas. ¡Entregue yo todo mi corazón a este amor mutuo del Hijo y de la Madre!

4. ¡Amabilísimo Corazón de mi Salvador, te ofrezco todo el amor que por Ti arde en los corazones de todos los divinos amantes, rogándoles unan mi corazón a ellos en este amor!

5. ¡Jesús, Rey legítimo y soberano de todos los corazones, sé el Rey de mi corazón, y sea yo todo corazón y amor a Ti, como Tú eres todo corazón y amor hacia mí!

6. ¡Buenísimo Jesús!, ¿A dónde huiré de tu justicia, si no me oculto en tu Corazón?

7. ¡Corazón admirable, principio de mi vida, no viva yo sino en Ti y por Ti!

8. ¡Amabilísimo Corazón muy caro te he costado, puesto que me has rescatado al precio de la última gota de tu sangre! ¡Qué inmenso gozo sería el de mi corazón si le dieras la última gota de la tuya!

9. ¡Benignísimo Corazón, me has colmado de tus gracias y de tus
favores: que todos los latidos de mi corazón sean otros tantos
actos de amor y de alabanza a Ti!

10. ¡Corazón benignísimo, que jamás has estado sin amarme:que mi corazón no respire sino para amarte!

11. ¡Corazón lleno de caridad, que moriste por darme la vida, viva yo de tu vida, y muera con tu muerte, y por tu amor!

12. ¡Jesús, tu Corazón está
totalmente abrasado en un purísimo
amor a mí: que yo te ame, no por
interés alguno, ni temporal, ni eterno,
sino pura y únicamente por tu amor!

13. ¡Jesús mío, tu divino Padre ha puesto todas las cosas en
tus manos, y tu amor las tiene
siempre abiertas para dármelas: que
todo lo que tengo y todo lo que soy sea enteramente tuyo y para siempre!
14. ¡Dios de mi corazón, que tu amor, que te hizo morir por mí, me haga a mí morir por Ti!

15. ¡Corazón inmenso!, ¿hay nada más grande que Tú?
¿Puede alguien decirme que en la tierra o en el cielo hay cosa
alguna mayor que ésta a lo que he dado mi corazón?

16. ¡Corazón de Jesús, Tú me has dado a mi Jesús para que
sea mi tesoro, mi gloria, mi vida y mi todo, haz que sea yo todo
de El!

17. ¡Hijo único de Dios, ¿cómo es posible que siendo Hijo de
un Padre tan bueno hayas
querido tener un hermano tan
malo como yo, y que tanto
ofendió a este adorable Padre?

18. ¡Corazón lleno de sabiduría
y de luz, que piensas siempre en
mí y en las menores cosas que
conmigo se relacionan: que mi
espíritu y mi corazón estén
siempre adheridos a Ti, y que te
sirva fielmente lo mismo en las
más pequeñas cosas que en las grandes!

19. ¡Corazón poderosísimo, emplea tu divino poder en destruir
en mi corazón todo lo que te desagrade!

20. ¡Corazón inmenso, que en todas partes me amas, que yo
te ame en todas partes y en todas las cosas!

21. ¡Corazón fidelísimo en tu amor, que amas más a tus
amigos en la adversidad que en la prosperidad, haz que te ame
más en los aflicciones que en los consuelos!

22. ¡Corazón del Rey de los humildes, abismo de humildad,
destruye en mí todo lo que sea contrario a esta santa virtud, y
haz que reine perfectamente en mi corazón!

23. ¡Corazón obedientísimo, que preferiste antes perder la vida
que la obediencia, haz que ame tiernamente esta santa virtud,
sin la cual es imposible
agradar a mi Dios!

24. ¡Corazón infinitamente más puro que todos los coros angélicos y
que eres la fuente de toda
pureza, imprime en mi corazón
un amor muy particular a la
pureza, y un horror infinito a
todo lo que le sea contrario!

25. ¡Corazón, horno ardiente de caridad, destruye y consume
en nosotros todo lo que se oponga a esta divina virtud, y hazla
reinar en todos los corazones de los hijos de Dios!

26. ¡Divino Corazón!, ¿quién podrá comprender el odio infinito
que tienes al pecado? Imprímelo en nuestros corazones y haz
que nada odiemos en el mundo sino a este monstruo infernal,
que es el único objeto de tu odio.

27. ¡Padre de Jesús, ama por mí a tu Hijo Jesús, y hazme
participante del amor que le tienes!

28. ¡Jesús, ama a tu divino Padre por mí y abrasa mi corazón
en el amor que le tienes!

29. ¡Adorable Espíritu, que eres todo amor y todo caridad, ama
a mi benignísimo Padre y a mi amabilísimo Jesús por mí, y
transforma mi corazón en amor
a ellos!

30. ¡Jesús, Hijo único de
Dios, Hijo único de María, ama
por mí a tu divina Madre e
inflama mi corazón en el amor
que le tienes!

31. ¡Madre de amor, ama a tu
Hijo por mí, y hazme participante del amor que le tienes!

32. ¡Bienaventurado San José, San Gabriel, San Joaquín, Santa Ana, San Juan Bautista, San Juan Evangelista, San Lázaro, Santa Magdalena, Santa Marta, santos Apóstoles y
Discípulos de Jesús, santos Mártires, santos Sacerdotes y Levitas, santas Vírgenes y todos los santos y santas,
especialmente los más amados del Corazón de Jesús y de María, amen a Jesús y a María por mí y pídanle que me hagan  según su corazón, que me pongan en el número de los hijos de
su Corazón, y me asocien al amor que eternamente les tendrán!

33. ¡Jesús mío, puesto que tu Padre me lo dio todo al darte a mí, los corazones todos del universo me pertenecen: tomo, pues,todos esos corazones, y quiero amarte con todo el amor de que
eran capaces cuando los creaste para amarte!

34. ¡Jesús mío!, ¿no dijiste que viniste a la tierra para poner en
ella fuego y que no tienes otro deseo sino que ardan en él todos los corazones? ¿En qué consiste entonces que toda la tierra esté llena de
corazones helados respecto de Ti? La única causa de esto es el pecado.
¡Execrable pecado! De buena gana consentiría ser reducido a la nada, a fin de que fueses destruido en todas las almas.

35. ¡Corazón de mi Jesús, horno inmenso de amor, envía tus llamas sagradas a todos los corazones del universo, para alumbrarlas con tus divinas luces y para abrasarlas en tus
celestiales ardores!

36. ¡Buen Jesús, que por mi amor has amado tanto la cruz, y
que llamaste por boca del Espíritu Santo: «día de la alegría de tu
Corazón», al día de tu sufrimientos, haz que yo, ame y abrace  con toda voluntad y por amor de mi amable Crucificado, todas las cruces que me quieras enviar!

37. ¡Amabilísimo Corazón de Jesús y de María, que no eres sino uno solo, en unidad de espíritu, de voluntad y de afecto, haz que este indignísimo hijo no tenga sino un solo corazón contigo y
con todos los corazones que te pertenecen!

38. ¡Corazón de Jesús, ya que el Padre de las misericordias y Dios de todo consuelo te ha dado a mí al darme a mi Jesús y que por esto eres mi corazón, ama por mí todo cuanto yo debo amar y en la forma y medida que Dios exige de mí!
39. ¡Corazón de Jesús y de María,
tesoro inestimable de toda suerte de bienes, sé mi único tesoro, mi refugio y mi salvaguardia en este bondadosísimo Corazón de Jesús y de María, que no me engañará ni me dejará nunca! 

40. ¡Escucha, escucha, gran hoguera de amor! ¡Una pajita te suplica con humildad e insistencia que la sumerjas, la absorbas, la consumas en tus sagradas llamas por toda la eternidad!


Acto de Consagración al Sagrado Corazón de Jesús

San Juan Eudes (OC VIII 697-698)

Acepta, adorable Salvador
mío, el deseo que tengo de
consagrarme enteramente al
honor y a la gloria de tu
sagrado Corazón. Acepta la
donación de todo lo que yo
soy, que quiero hacerte.
Te consagro mi persona y mi
vida, mis acciones, mis penas
y sufrimientos, y de ahora en
adelante quiero ser una víctima consagrada a tu
gloria, encendida ahora y, si te parece, algún día consumida en las llamas sagradas de tu amor
Señor mío y Dios mío, te ofrezco mi corazón con todos
sentimientos de que es capaz, que yo consiga que toda mi vida sea conforme a los sentimientos de la tuya.
Aquí estoy, Señor. Soy todo(a) para tu Corazón, aquí soy todo (a) para ti. Dios
mío, ¡qué grandes son tus misericordias conmigo! Dios de majestad, ¿qué soy
yo para que te dignes aceptar el sacrificio de mi corazón? De ahora en
adelanta este corazón será todo para ti, y las creaturas no tendrán parte en él.
Además, ¿qué son ellas delante de ti?
Amable Jesús, entonces de ahora en adelante sé mi Padre, mi amigo, mi dueño y mi todo. Ya no quiero vivir sino para ti.
Amable Salvador de los hombres, recibe
el sacrificio que el más ingrato de los
hombres hace a tu Corazón sagrado,
para reparar la injuria que no he
cesado de hacerte hasta este momento,
correspondiendo tan mal a tu amor.
Yo le doy poco,pero, por lo menos le doy todo lo que puedo darle, y todo lo que él desea. Y le consagro este corazón, yo se lo doy para nunca más volver a tomarlo.
Amable Salvador mío, enséñame el perfecto olvido de mí mismo(a), pues es el único camino que puede abrirme la entrada a tu Corazón sagrado y ya que de ahora en adelante no quiero hacer nada que no sea para ti, haz que todo lo que yo haga sea digno de ti.
Enséñame lo que debo hacer para llegar a la pureza de tu amor. Pero dame
este amor, y un amor muy ardiente y generoso: dame esa profunda humildad
sin la que uno no sabe agradarte y cumple en mí todas tus santas voluntades en el tiempo y en la eternidad. Amén



No hay comentarios.:

Publicar un comentario